Nutrición oncológica en Valladolid: alimentación durante el cáncer

La alimentación es una de las principales dudas que surgen al empezar un tratamiento oncológico. Como nutricionista especializada en nutrición oncológica en Valladolid te cuento algunos aspectos relacionados con la alimentación durante el cáncer que pueden ser de tu interés.

Una correcta alimentación es un pilar básico durante el tratamiento oncológico para mejorar o mantener el estado de salud general, hacer frente a los distintos efectos secundarios de los tratamientos, y así mejorar tanto la tasa de éxito de éstos, como la calidad de vida del paciente desde el mismo momento del diagnóstico de la enfermedad.

¿Qué puede hacer un nutricionista oncológico por ti?

Durante un diagnóstico reciente de cáncer surgen, lógicamente, muchos miedos y dudas, entre ellas: ¿puedo hacer algo más aparte de los tratamientos que me recomienden desde oncología, radiología y/o hematología?
La alimentación oncológica es una gran aliada en estos procesos por tres motivos principales:

En el momento del diagnóstico: un correcto estado nutricional puede ayudar a sobrellevar mejor las posibles cirugías y tratamientos, ya que la recuperación será mejor, los efectos secundarios serán menores, y evitaremos así interrumpir sesiones, con lo que se incrementará la probabilidad de éxito del tratamiento. Si se comienza una correcta alimentación adaptada desde el diagnóstico, se gana tiempo para llegar a la cirugía y/o tratamiento oncológico en las mejores condiciones posibles.

Durante el tratamiento: tanto los tratamientos como los distintos tipos de tumores pueden ocasionar efectos adversos de muy diversa índole. Muchos de ellos pueden ser abordados desde la alimentación, brindando seguridad y confort al paciente, con lo que mejora la calidad de vida durante este proceso.

Después del tratamiento: algunos tratamientos oncológicos pueden dejar ciertas secuelas a pesar de estar libres de enfermedad. Algunas de estas consecuencias (disfagia, xerostomía, etc.) también pueden ser abordadas desde la alimentación para que comprometan lo menos posible la calidad de vida del paciente.

Por otro lado, tras un diagnóstico de cáncer se puede encontrar información muy confusa en medios, redes sociales, o incluso a veces, con la mejor intención, esta información procede de amigos o familiares. Esto suele provocar un estado de angustia en el paciente, que no sabe qué debe hacer ni qué debe comer.

Como nutricionista oncológica, uno de mis principales objetivos es acompañarte para tratar de resolver y aclarar todas tus dudas.  Me gustaría ayudarte a entender lo que te está pasando y cómo se le puede hacer frente, para que así evites sentimientos de miedo e inseguridad.

¿Es importante el estado nutricional para pacientes con cáncer?

Se estima que más del 50% de los pacientes con cáncer evaluados en hospitales españoles pueden presentar malnutrición moderada o severa en algún momento del proceso (Segura et al., 2005). El origen puede ser diverso, pero se relaciona con estas tres causas:

Causas relacionadas con el tumor: entre otras cosas, algunos tumores pueden ejercer una fuerte competencia con nuestro cuerpo en busca de recursos, lo que puede llevar a una pérdida inexplicable de peso antes del diagnóstico. Además, será importante la localización del tumor, que puede, por ejemplo, impedir de manera física la deglución o la ingesta de alimentos.

Factores relacionados con el paciente: los hábitos de vida de cada individuo pueden determinar un mejor o peor desarrollo de la enfermedad. Una alimentación nutritiva que cubra correctamente los requerimientos de todos los nutrientes ejercerá un efecto positivo sobre el estado de salud.

Causas relacionadas con los tratamientos antineoplásicos: cualquiera de los tratamientos utilizados para abordar el cáncer puede tener repercusión sobre el estado nutricional del individuo. Desde la cirugía hasta la hormonoterapia, pasando por la quimio o la radioterapia, entre otros.

En definitiva, un buen estado nutricional repercutirá positivamente en la función inmunológica, la cicatrización de heridas y la capacidad del cuerpo para combatir infecciones, con lo que disminuirá el riesgo de complicaciones postoperatorias y aumentará la eficacia del tratamiento contra el cáncer.

Segura A, Pardo J, Jara C, et al. An epidemiological evaluation of the prevalence of malnutrition in Spanish patients with locally advanced or metastatic cancer. Clin Nutr. 2005;24(5):801-814. doi:10.1016/j.clnu.2005.05.001

¿Qué efectos secundarios pueden ocasionar los tratamientos?

Algunos de los principales efectos secundarios con implicación nutricional derivados de los tratamientos para el cáncer son:

Náuseas y vómitos: la capacidad de comer y de digerir alimentos se ve afectada por esta alteración derivada del tratamiento oncológico. Existen diferentes estrategias y recomendaciones enfocadas a disminuir estos efectos, a evitar la deshidratación y a minimizar los efectos de esta alteración sobre nuestro estado nutricional

Pérdida de apetito y saciedad precoz: la quimioterapia puede reducir el apetito, lo que puede derivar en una ingesta insuficiente de nutrientes. A esto se puede unir una mayor saciedad y plenitud desde casi el inicio de las comidas, por lo que es importante tratar de hacer pequeñas ingestas frecuentes que incluyan alimentos de fácil digestión para aumentar el aporte de nutrientes y calorías.

Cambios en el sabor y el olor de los alimentos: la quimioterapia puede afectar al sentido del gusto y del olfato. En algunas ocasiones se puede presentar una pérdida total o parcial del gusto, mientras que en otras se distorsiona el olor y el sabor de los alimentos, que pueden ser percibidos de manera desagradable con sabores metálicos o a cartón. Es importante experimentar con diferentes combinaciones de alimentos y condimentos para encontrar opciones atractivas al paladar.

Mucositis: tanto la radioterapia aplicada en algunas localizaciones como la quimioterapia pueden causar la inflamación de las mucosas que revisten el tracto gastrointestinal, lo que puede hacer difícil y dolorosa la ingesta de alimentos. Una dieta con alimentos suaves, jugosos y fáciles de tragar puede aliviar el dolor y la inflamación relacionados con la ingesta.

Diarrea: algunos tipos de quimioterapia pueden causar diarrea, lo que puede aumentar la pérdida de nutrientes y líquidos. Es importante incidir en una correcta hidratación y adaptar la alimentación a la gravedad de la diarrea con una dieta que evite algunos alimentos de carácter irritante y potencie otros beneficiosos en esta circunstancia.

Estreñimiento: aunque es un síntoma subestimado, algunos tipos de quimioterapia pueden provocar estreñimiento más o menos severo, comprometiendo significativamente la calidad de vida del paciente. Una dieta con el contenido correcto de fibra y una adecuada hidratación, entre otras estrategias, puede ayudar a manejar este efecto.

Xerostomía: es la sensación de sequedad de la boca por el mal funcionamiento de las glándulas salivales. Esto puede ser debido a los efectos de la quimioterapia o de la radioterapia cuando se aplica en ciertas localizaciones como cabeza y cuello. Esta alteración dificulta la capacidad de hablar y tragar, volviendo estos actos cotidianos incómodos y difíciles. Sus efectos pueden ser abordados desde la alimentación modificando texturas y técnicas culinarias.

Contratar un nutricionista oncológico en Valladolid

Te puedo acompañar y ayudar en este proceso como profesional de la Nutrición oncológica en Valladolid o, si lo prefieres, de manera online.

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